Hago una pausa en mi subida de fotos para escribir de algo que escribo cada año. No realmente porque piense que alguién lee con pasional ardor lo que escribo, sino porque es como una especie de bitácora de lo que cada año pasa por mi cabeza.
Esta semana cumplo 29 años.
Pase un año relativamente tranquilo, en la histeria de siempre, un poco menos depresiva, pero cuando tocaba a mi puerta, un tanto mas peligroso y rayando en los callejones sin salida. Un año con mas gatos jajaja. Un año un poco mas viajero.
Otro año viva y sinceramente a veces miro hacia atrás y es como si aún no pasara los 24. Es una sensación extraña. No me siento mas joven, no me siento mas vieja, pero el tiempo parece haberse detenido en ciertos aspectos.
Un año que no tuvo muchos cambios en mi vida y nada que no esperara. No se si es bueno o malo, no se si signifique la monotonía o el equilibrio al que muchos aspiran. No me sabe ni dulce ni amargo.
Y no me malinterprente, sigo pensando que no me arrepiento de casi nada, como todo en la vida, nada es perfecto y siempre hay detalles, pero ninguno de esos que uno haría todo por viajar al pasado y cambiarlos. NADA. Mi vida es lo que es por todo lo bueno, malo, horrendo, pesadillas y aventuras. Y soy lo que soy por eso, para bien o para mal. Mi vida es mi aventura, aunque a veces decida no salir de la cama.
Esta semana cumplo 29 y yo casi ni me entero, no me siento diferente, ni mas sabia. Me siento bien, tranquila, pero tampoco parezco tener una fiesta dentro de mi. Pasarla con la gente que quiero y nada mas, luego viajar con mi familia para completar el círculo y ya está.
Que por cierto la idea del pastel en la oficina me horroriza bastante...