Pude haber tenido algo como el sentido arácnido, el sentido de la responsabilidad (de esos que por lo menos caen en la categoría de pendejos), el sentido del deber, el sentido común, el séptimo sentido para así poder tener una armadura del zodiaco o hasta el maldito sentido de la moda, pero nooooo, yo lo único que tengo es un sentido de orientación de la chingada. ¿O será que carezco de él? No, carecer de él hubiera sido bueno, por lo menos, pero es malo tan malo que se burla de mi irremediablemente.
Ayer me volví un ente físico para hacienda, quienes por cierto, me pidieron hasta el color de la fachada de mi casa, material con el que estaba construido y casi casi cual ventana era la mía, todo para que en caso de que les robe el dinero que ellos me roban. Sin embargo, puse a prueba la paciencia de los servidores públicos de hacienda (terribles entes de la humanidad) perdiendome en su edificio. No era muy complicado, sube las escaleras a la derecha y de ahí el camino se bifurcaba y me perdí.... entre a la puerta de cristal, me decían, pero yo no veía cristal por ningún lado mas que en las ventanas. Que esa señorita y yo, cual Ryoga de Ranma ½ me iba hacia el lado contrario. Finalmente di con la puerta de cristal (que para ser sinceros no era cristal, era plástico y no era una puerta).
Luego en la tarde tenía que ir por división del norte por algo, me dijeron si, te bajas en metro división y te vas por universidad hasta que veas un santander, no es mi rumbo pero fui. Llego y ningún anuncio me decía “Umbra, es por aquí” así que me acerque a un amable polecía (.........) que me dijo “no, señorita, es la puerta del otro lado” y pues ahi fui de obediente. Oh si, seguro era por ahí. Después de darle unas dos vueltas al parque (eso si, siempre con cara de “oh si, yo se donde estoy”) di con la Avenida y la seguí.
Tras media hora de caminata llegué a la conclusión que de alguna manera me había perdido. Llamé a mi contacto, me dijo que no, que seguro me había pasado (ja! Tampoco sabía por donde andaba yo), me regresé al metro, volví a preguntar, me volvieron a mandar por el mismo camino, entre a un Oxxo (fuente inagotable de infinita sabiduría) y la ñora me dijo que no, que del otro lado. Como el puente se veía bastante culero y ya era de noche, decidí atravesar por el metro. Y ahí voy de nuevo. Cuando salí por el otro lado me desorienté (cuentame una nueva) y decidí pedir indicaciones al darme cuenta que no tenía ni perra idea de donde andaba. Me acerqué a otra fuente de desbordante conocimiento: una señora de un puesto de revistas, quien un poco harta me dijo que dos calles para “allá” y yo bien emocionada fui hacia el lugar indicado.
Sorpresa, sorpresa... me volvió a mandar a donde me había perdido originalmente. Ya habiendo llegado a la conclusión de que ese NO era el camino a seguir, me regresé y me dije “a la chingada, me voy en sentido contrario, si no doy el universo confabula contra mi” . Tras una cuadra... ja ja ja ... di con el lugar. ¿Por qué todos insisten en perderme?
Necesito un google maps como dice el señor Abracadabra, o una guía roji, u otro cerebro.
Ayer me volví un ente físico para hacienda, quienes por cierto, me pidieron hasta el color de la fachada de mi casa, material con el que estaba construido y casi casi cual ventana era la mía, todo para que en caso de que les robe el dinero que ellos me roban. Sin embargo, puse a prueba la paciencia de los servidores públicos de hacienda (terribles entes de la humanidad) perdiendome en su edificio. No era muy complicado, sube las escaleras a la derecha y de ahí el camino se bifurcaba y me perdí.... entre a la puerta de cristal, me decían, pero yo no veía cristal por ningún lado mas que en las ventanas. Que esa señorita y yo, cual Ryoga de Ranma ½ me iba hacia el lado contrario. Finalmente di con la puerta de cristal (que para ser sinceros no era cristal, era plástico y no era una puerta).
Luego en la tarde tenía que ir por división del norte por algo, me dijeron si, te bajas en metro división y te vas por universidad hasta que veas un santander, no es mi rumbo pero fui. Llego y ningún anuncio me decía “Umbra, es por aquí” así que me acerque a un amable polecía (.........) que me dijo “no, señorita, es la puerta del otro lado” y pues ahi fui de obediente. Oh si, seguro era por ahí. Después de darle unas dos vueltas al parque (eso si, siempre con cara de “oh si, yo se donde estoy”) di con la Avenida y la seguí.
Tras media hora de caminata llegué a la conclusión que de alguna manera me había perdido. Llamé a mi contacto, me dijo que no, que seguro me había pasado (ja! Tampoco sabía por donde andaba yo), me regresé al metro, volví a preguntar, me volvieron a mandar por el mismo camino, entre a un Oxxo (fuente inagotable de infinita sabiduría) y la ñora me dijo que no, que del otro lado. Como el puente se veía bastante culero y ya era de noche, decidí atravesar por el metro. Y ahí voy de nuevo. Cuando salí por el otro lado me desorienté (cuentame una nueva) y decidí pedir indicaciones al darme cuenta que no tenía ni perra idea de donde andaba. Me acerqué a otra fuente de desbordante conocimiento: una señora de un puesto de revistas, quien un poco harta me dijo que dos calles para “allá” y yo bien emocionada fui hacia el lugar indicado.
Sorpresa, sorpresa... me volvió a mandar a donde me había perdido originalmente. Ya habiendo llegado a la conclusión de que ese NO era el camino a seguir, me regresé y me dije “a la chingada, me voy en sentido contrario, si no doy el universo confabula contra mi” . Tras una cuadra... ja ja ja ... di con el lugar. ¿Por qué todos insisten en perderme?
Necesito un google maps como dice el señor Abracadabra, o una guía roji, u otro cerebro.
1 comentarios:
que mal plan lo de hacienda, yo mataría por no tener nada mas que ver con ellos
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