Támbién conocido como: no dejes compras para el último minuto.
Aunque esta vez no fue mi culpa. Pase año nuevo con la amiga imaginaria y sus papás olvidaron las uvas, entonces nosotras ¿por qué no? fuimos a comprarlas casi a las 8 pm después de ir como locas por media ciudad comprando los pasteles para el postre, el ipod de fin de año de la amiga imaginaria y la conocida consola de videojuegos que me encapriché con comprar esa mera fecha.
Al llegar al super del pelícano y después de perdernos buscando la zona de frutas y verduras (yo porque no conozco ese super en particular porque está en el sur y mi amiga porque nunca pone pie en el super) nos encontramos con que no había uvas ya. Las únicas que quedaban estaban podridas, pisadas y descartadas.
Una amable viejecita (WTF?!) nos pasó la última bolsa de uvas remotamente decentes, con las cuales podríamos vivir el nuevo año. Como yo no soy la maestra de las matemáticas me puse a contar uva por uva cada 12 uvas (en lugar de multiplicar 12 por 5... bieeeen). El guardia, que se moría de la risa ante nuestra desesperación porque ya no había mas uvas, sacó de quien sabe donde otra bolsa de uvas que evidentemente apañamos cual pirañas a una vaca mientras el monito cantaba "Uvas, lleve sus últimas uvas, Uvas..."
En eso llegó otra señora con familia incluída, esas que traen carrito con la cena que prepararán en cinco minutos y comienza a quejarse que las uvas estaban feas y podridas, le exige al guardia decirle si hay mas uvas a lo que este, totalmente divertido le dice que no y nos mira a nosotras sugerentemente.
¿Han visto a la madre osa defendiendo a sus oseznos? Pues igual, gruñimos y protegimos nuestras uvas con uñas y dientes. La señora, entre indignada y temiendo por nuestra salud mental (y sus dedos si osaba acercarse mas) declaró que mejor compraba enlatadas porque esas estaban muy feas.
Como hembra alpha de la manada, una servidora, acompañada de la hembra beta honorífica, seleccionamos las mejores uvas de las bolsitas con total dedicación, arrancando uvas de racimos para desechar las otras y luego desechamos la bolsa una vez completada la misión para que entes de inferior categoría se procurarán éstas. La ley de la selva.
Ya pagamos nuestras tristes uvas y el chupe que no podía faltar mientras yo buscaba donde podían venderme una maldita tarjeta de celular porque se me había acabado y el sistema de tiempo aire había colapsado.
3 comentarios:
ya tienes ps3? yeah! A mi me dieron uvas en el restaurante pero ni me las comí al ritmo de las 12 campanadas xq estaba ocupado brindando, ja!
saaaaaluuuuuuuuuuuuuuuuud!! ah no verdad? jaja... qué horrooooor salir al super en 31 de diciembre, es un caos total, yo pensaba ir al cine pero pensé precisamente en el caos y me dio weba jaaaaaaaaa!. En fin, espero que hayas disfrutado la noche con tu amiga imaginaria (cof cof quien será) jiji.
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