
Todavía tengo televisión y no puedo tomar cerveza por la penicilina, pero juro que eso de vivir sola y no poder ir a la oficina ni que haya cine, ni restaruantes ni NADA me esta comenzando a volver loca... Cuando comience a hablar con el reloj y lo nombre Ding Dong por favor dispárenme.
0 comentarios:
Publicar un comentario