La opresión en el pecho me esta matando, por así decirlo.
Por mas que lucho mi subconsciente se las ingenia para liberarse de nuevo y atacar, he notado que en últimas fechas he estado particularmente enojada, triste y sumamente apática, en inicio correctamente atribuido a mis nuevas obligaciones de niño vietnamita (a.k.a. dama de la novia) que sinceramente no es mi hit ni nunca lo ha sido.
Pero hace poco caí en cuenta que otra vez se acerca la fecha.
No se porqué me empeñó en recordarla, ni siquiera es que lo haga adrede, es simplemente mi subconsciente que me arma malas jugadas. Hoy casi grito cuando pasó un corredor a mi lado en su inofensiva rutina diaria y se que entre mas cerca este, mas me costará salir de casa.
Después del fiasco del año pasado en que me derrumbé en medio de la jornada laboral y me tuve que inventar una jaqueca para evitar terminar con mi caja de kleenex, este año prefiero quedarme en casa. Aparte que por ser "feriado" en mi oficina todo mundo pasa a felicitarte...
Tengo sentimientos encontrados, por un lado soy un brillante cascabel puesto que mi viaje se acerca, por el otro, esa opresión en el pecho me mata poco a poco, día con día...
Y por mas que trato, me sigue torturando.
Muchos cambios se han hecho, he aceptado muchas cosas, he dejado de culparme por todas, me he perdonado por lo que no debía y hasta le he encontrado el lado positivo (no, en serio). Sin embargo mi mente no puede evitar los mecanismos de defensa en cuanto las fechas se acercan, como un botón de pánico en piloto automático.
Quiero gritar a los cuatro vientos, quiero ese día no estar sola como la primera vez y a la vez quiero que nadie me vea.
Y esta opresión en el pecho no cesa.
28 febrero, 2012
Once upon a time
Publicado por
Umbra
en
10:05
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